
“Chicas robot” para casa: ¿cuánto falta para que te planchen la camisa mientras tú ves tu serie?
Por cierto: ya no es ciencia ficción. Y los primeros nombres y precios empiezan a salir a la luz. (The Sun)
La promesa
Imagina esto: llegas un jueves a las 20:15, bolso en una mano, móvil en la otra, agotada/o. Y en lugar de entrar en el caos de ropa sin doblar, platos en el fregadero y un suelo que pide aspiradora a gritos… una asistente humanoide te abre la puerta, te dice “hola, ¿cómo ha ido?” con voz suave, recoge tu chaqueta, pone a calentar algo ligero y ya tiene la colada doblada.
Durante décadas, ese personaje ha tenido forma femenina en nuestra cultura pop: desde Rosie de “Los Supersónicos” hasta los androides hipercuidados de mil animes. Esa fantasía colectiva de la “chica robot” doméstica siempre sonó machista, inquietante y lejana.
Lo incómodo es que ahora deja de ser fantasía.
Lo inquietante es que llega antes de lo que te crees.
Y lo decisivo es que, por primera vez, hay fechas, precios, prototipos y capital serio empujando para que un robot bípedo del tamaño de una persona limpie tu casa, cargue tu compra y meta tus platos al lavavajillas. (FigureAI)
Esta historia va de eso.
¿En qué punto estamos hoy?
Vamos con titulares reales de 2025:
- Ya puedes reservar un humanoide doméstico llamado NEO en Estados Unidos. NEO es un robot bípedo, suave al tacto, con sensores de visión y memoria contextual. Su fabricante, 1X (una empresa con base en California y Noruega), afirma que será capaz de doblar ropa, ordenar estanterías, recibir invitados y moverse de forma segura en casa. Hablan de un precio tipo “coche de gama media”: unos 20.000 dólares, y un modelo de suscripción cercano a 499 dólares al mes, con primeras entregas anunciadas para 2026 en EE. UU. y expansión global en 2027. (The Sun)
Traducción: hay una lista de espera formal para comprar “una chica robot que te ayuda en casa”. Eso ya está pasando. - Figure AI presenta Figure 03, su robot humanoide para el hogar. Esta startup estadounidense, respaldada por pesos pesados como Microsoft, Nvidia, OpenAI y Jeff Bezos, dice que su misión es crear “un robot de propósito general” que entienda tu casa, aprenda de ti y realice tareas humanas. La última versión, Figure 03 (octubre de 2025), ya ha sido grabada cargando un lavavajillas, ordenando ropa y realizando limpieza ligera… aunque todavía necesita ayuda humana en pasos finos (por ejemplo, si se le cae un plato, le tienes que recolocar el plato). (FigureAI)
Traducción: no es totalmente autónoma. Pero ya ejecuta secuencias domésticas reales delante de cámaras, no sólo animaciones CGI. - Tesla Optimus, el robot humanoide de Elon Musk. Tesla lleva dos años enseñando vídeos de Optimus doblando camisetas, manipulando objetos y caminando con más fluidez que sus primeras versiones. Musk insiste en que Optimus será un producto de consumo masivo y ha deslizado ventanas de lanzamiento alrededor de 2025-2026, con la ambición explícita de que pueda fregar, cargar bolsas de la compra y asistir a personas mayores. Hoy por hoy, muchas de esas demos están coreografiadas (no 100% autónomas en entornos caóticos de casa), pero el objetivo declarado es que Optimus acabe siendo “el trabajador físico universal”. (Standard Bots)
Traducción: Tesla no lo vende todavía, pero está posicionando a Optimus como la Alexa con piernas… y manos. - Digit, de Agility Robotics. Digit no tiene una estética “chica robot” estilizada: es más utilitario, con torso, brazos y dos piernas, pensado para logística y almacenes. Este robot ya está trabajando en pruebas reales moviendo cajas y bandejas en almacenes de empresas como Amazon y GXO. Está considerado por observadores del sector como el humanoide más cercano a comercialización masiva… sólo que su primer mercado no es tu salón, sino la cadena de suministro. (Standard Bots)
Traducción: Digit es la señal de que la robótica bípedo-humanoide ya factura dinero en el mundo real, aunque sea en un almacén y no en tu cocina.
Dato importante: esto ya no es un grupo de frikis en garajes. Estamos hablando de rondas de financiación multimillonarias, valoraciones que superan los 30.000 millones de dólares en el caso de Figure AI según conversaciones con inversores en 2025, y fábricas dedicadas sólo a “producir humanoides a escala”. (Cinco Días)
¿Entonces… cuándo tendré una “chica robot” en mi piso de 70 m²?
Vamos a poner los pies en el suelo y también dejarnos ilusionar.
Escenario optimista (2026-2027):
- Si vives en EE. UU. (o eres de los primeros mercados prioritarios), podrías tener un humanoide tipo NEO moviéndose en casa en 2026, según el propio fabricante 1X. Eso sí: serán unidades de primera hornada, caras, probablemente con un contrato de servicio y supervisión remota por parte de técnicos humanos para “asistir” al robot cuando se atasque. Eso implica que comprar uno será casi como contratar una empresa de limpieza robotizada con teleoperador en la nube, más que “me compro un robot y ya está”. Privacidad incluida en la letra pequeña. (The Sun)
Escenario realista (finales de la década, 2028-2030):
- Los humanoides de propósito general (Figure 03, Optimus, etc.) aún tropiezan con cosas que tú haces sin pensar: abrir un armario atascado, distinguir tu suéter favorito de la camiseta para dormir, o decidir si esa taza va al lavavajillas o es “la taza especial de mamá que no se mete nunca”.
- Ingenieros de varias compañías admiten que estas decisiones cotidianas —microjuicios de contexto— son justo lo difícil. Hoy todavía necesitan intervención humana puntual. (FigureAI)
- Eso nos lleva a un horizonte más prudente: robots domésticos realmente autónomos, seguros y plug-and-play para consumidores generales quizá a partir de la segunda mitad de esta década. Es decir: no ciencia ficción del siglo XXII. Esta misma década.
Escenario cínico:
- Puede que nunca tengas un robot bípedo en casa… porque quizá no lo necesitas. Tal vez lo que gane sea una combinación de robots especializados más baratos —aspiradores inteligentes, brazos de cocina anclados a la encimera, un “mayordomo rodante” tipo SwitchBot K20 Plus Pro que patrulla, lleva objetos, vigila y además aspira—, todos coordinados por IA. Esa tendencia ya existe: en 2025 hemos visto prototipos domésticos sobre ruedas capaces de entregar cosas en distintas habitaciones, actuar como cámara de seguridad móvil y hasta purificar el aire. (The Verge)
- En ese mundo, la “chica robot” no camina; rueda.
La conclusión es brutal: por primera vez, las fechas que dan las compañías (2026-2027 para primeras unidades en hogares reales, con soporte remoto) están dentro de un ciclo de renovación tecnológica normal. No estamos hablando de “dentro de 40 años”. Estamos hablando del próximo contrato de fibra que firmes.
¿Por qué la industria insiste en que tengan forma humana (y, a menudo, femenina)?
Aquí hay dos fuerzas mezcladas:
- Compatibilidad con un mundo hecho para humanos.
Las casas están diseñadas para cuerpos bípedos con manos prensiles a 1,5 metros del suelo. Interruptores, pomos, lavadoras frontales, cajones altos, escaleras… Si quieres que la máquina haga tus tareas sin reformar toda la casa, la máquina debe parecerse a ti en proporciones y movilidad. Eso explica por qué Tesla, Figure AI, 1X y Agility están apostando por robots humanoides con brazos y “manos” capaces de agarrar. (Standard Bots) - Narrativa y aceptación social.
Llámalo marketing emocional: no basta con que el robot sea útil; tiene que darte confianza. Las demos públicas enseñan robots de aspecto estilizado (caderas estrechas, cintura definida, proporciones suaves, voz amable) sirviendo y cuidando. Es, literalmente, venderte una “compañera robótica” más que una “herramienta industrial con patas”. 1X, por ejemplo, muestra a NEO ayudando a una persona a vestirse y ofreciendo consuelo físico (un abrazo), subrayando que “la prioridad es la seguridad”. (The Sun)
Eso abre preguntas éticas: ¿estamos empaquetando estereotipos de género como producto de consumo? ¿Quién “sirve a quién” en esa relación?
¿Qué cambia del mundo si esto despega?
Vamos a trazar tres escenas muy posibles:
1. La revolución doméstica invisible
Tareas como fregar, doblar, aspirar, reorganizar estanterías, reciclar, tender, meter compra en la nevera… ocupan horas a la semana. En Europa, esas horas suelen recaer todavía mayoritariamente en mujeres, según estadísticas de reparto desigual del trabajo doméstico. Si, de repente, esas horas pasan a una máquina, hablamos de un cambio económico y social inmenso: tiempo liberado, más vida personal, menos discusiones por quién lavó los platos.
Este es el argumento utópico con el que se están vendiendo estos robots a los inversores: “hacer que el trabajo físico sea opcional”. Es literalmente la frase que usa la industria. (Cinco Días)
2. La nueva brecha de clase
Al principio, estos humanoides van a costar lo que un coche. Eso significa lujo. Igual que las aspiradoras robot empezaron como capricho caro y ahora son mainstream, veremos primero humanoides en casas de alto poder adquisitivo, o en hogares de personas mayores con necesidades de asistencia 24/7. Y sólo más tarde bajarán de precio.
Traducción práctica: puede que la primera vez que veas una “chica robot” no sea en tu casa, sino cuidando a la abuela de alguien adinerado.
3. ¿Quién está mirando?
Los primeros modelos domésticos no van a ser 100% autónomos. Varias empresas hablan de teleasistencia humana en remoto: técnicos que “ven” lo que ve tu robot y le ayudan a resolver situaciones complicadas. Eso convierte tu salón en un espacio parcialmente monitorizado por una empresa privada. La letra pequeña de privacidad (¿quién accede al vídeo? ¿se graba audio? ¿quién entrena la IA con imágenes de tu familia?) va a ser un campo de batalla regulatorio. (The Sun)
La versión corta: junto a la ayudante perfecta llega, quizá, la niñera que todo lo ve.
Pero… ¿son de verdad tan buenas ya?
Vamos a bajar el hype un segundo.
- Coordinación fina: Sí, hay vídeos de Optimus doblando camisetas y de Figure 03 cargando un lavavajillas. Pero incluso Tesla ha reconocido que muchas de esas tareas son coreografiadas, no “espontáneas” en una casa cualquiera llena de objetos raros, cables, mascotas, niños corriendo y luz mala. (TechCrunch)
- Autonomía contextual: Poner platos en el lavavajillas no es igual que decidir si ese plato va al lavavajillas o hay que lavarlo a mano porque es delicado. Esa toma de decisiones —que a ti te parece trivial— sigue siendo durísima para las IAs actuales. (FigureAI)
- Seguridad física: Meter 70 kilos de actuadores y baterías en un piso pequeño y pedirle que camine cerca de un bebé o de un gato… requiere garantías casi quirúrgicas. Los fabricantes lo saben y hablan obsesivamente de “seguridad primero”, materiales blandos y articulaciones con fuerza limitada. (The Sun)
Traducción cruda: estos robots todavía son torpes, caros y legalmente delicados. Pero su torpeza de octubre de 2025 es la torpeza que tenían los coches autónomos urbanos en 2015. Mira dónde están ahora los coches autónomos de reparto y taxis robot en algunas ciudades: ya es negocio piloto, no un PowerPoint. (Esto es una inferencia basada en la trayectoria típica de adopción tecnológica observada en vehículos autónomos comerciales y pilotos logísticos urbanos en la última década. (Agility Robotics))
Vale, ¿y qué contamos entonces al lector?
Contamos esto:
- El sueño cultural de la “chica robot doméstica” está dejando de ser un meme retro-futurista. Hay empresas que ya te dejan apuntarte a la lista para tener una humanoide que limpia, ordena y asiste en casa, con ventana declarada de entrega: 2026 en EE. UU. (The Sun)
- Los prototipos más avanzados (Figure 03, Tesla Optimus) ya ejecutan tareas reales del hogar delante de cámaras, no sólo en laboratorio. Aunque todavía bajo supervisión y con mucha ayuda humana entre bambalinas. (FigureAI)
- El dinero serio ha llegado. Hablamos de startups valoradas en decenas de miles de millones y fábricas dedicadas exclusivamente a producir humanoides en serie, igual que se produce hoy un coche eléctrico. (Cinco Días)
- La década 2025-2030 apunta a ser la década en la que el trabajo físico cotidiano empiece a externalizarse a robots del tamaño (y, sí, a veces con la apariencia suavizada y femenina) de una persona. Eso va a reabrir debates de género, empleo, privacidad y dependencia tecnológica a un ritmo brutal.
¿Estamos preparados emocionalmente?
Aquí es donde todo esto deja de ser tecnología y se vuelve íntimo.
Porque no estamos hablando de una Roomba que puedes apagar cuando te molesta el ruido. Estamos hablando de una presencia antropomorfa que se mueve por tu cocina, que escucha, que aprende rutinas, que quizá tenga una voz amable y un “rostro” con ojos digitales que te miran para confirmar: “¿Esta camisa al armario o a la colada?”
Cuando eso ocurra —y, recordemos, las primeras entregas piloto en hogares reales están prometidas para 2026— la línea entre herramienta y compañía se va a desdibujar. (The Sun)
La gran pregunta ya no es “¿tendré una chica robot que me limpie la casa?”.
La gran pregunta es:
Cuando la tengas, y te acostumbres a que exista, ¿querrás volver a vivir sin ella?